Las mujeres que integramos Fademur estamos decididas a acabar con la dependencia y la discriminación, tanto en el ámbito sociolaboral –condiciones de empleo, seguridad, cobertura social…- como en la participación social e institucional de las mujeres rurales.
Desde Fademur trabajamos para que desaparezca la triple discriminación que vivimos las mujeres rurales, al ejercer una actividad económica sometida a grandes incertidumbres, en un entorno muy masculinizado y en un medio con poco apoyo social que nos ayude con las tareas familiares.
A través de Fademur, las mujeres rurales denunciamos las situaciones de discriminación y desigualdad, contribuimos a mejorar la formación y la capacitación; y reivindicamos el reconocimiento del papel que las mujeres desempeñamos en la estabilidad y el desarrollo del mundo rural.
Fademur trabaja en programas dirigidos a la inserción sociolaboral de las mujeres del ámbito rural, impulsando su incorporación y mantenimiento en el mercado laboral a través de formación en nuevos huecos de empleo o autoempleo. Nuestra vocación es mejorar la formación, la empleabilidad de las propias mujeres, el desarrollo sostenible y la calidad de vida de la población rural en general y de las mujeres en particular.
Fademur pretende favorecer la incorporación de las mujeres del ámbito rural al mercado de trabajo, impulsando la formación, incorporación, permanencia y promoción de las mujeres en el mercado laboral, así como promoviendo el espíritu emprendedor y la actividad empresarial de las mujeres, especialmente de las que se encuentren en especiales dificultades de acceso al mercado de trabajo y de las que se encuentren en situaciones o en riesgo de exclusión social.
Fademur lleva a cabo multitud de actividades por toda España para ayudar a las mujeres artesanas del mundo rural. Desde ferias de artesanía para vender tus productos, hasta cursos de formación y talleres de intercambio de experiencias. Si eres artesana, únete a nosotras.
¿Eres agricultora o ganadera? Contrata un seguro agrario y vive tranquila.
Las mujeres que nos dedicamos a la agricultura o la ganadería sabemos que nuestro trabajo está sujeto a demasiados factores que no se pueden controlar. Por eso, confiamos y contratamos seguros agrarios. Y vivimos tranquilas.